Leer las líneas de la frente, Metoposcopia
Significado etimológico de Metoposcopia
Palabra de origen griego cuyo significado es fisonomista. Esta ciencia oculta consistente en leer las líneas de la frente también se denomina metopomancia.
¿Qué es la metoposcopia?
Es un modo de predicción fijándose en las líneas de la frente de una persona. Fue en el siglo XVI cuando un ilustre matemático y médico llamado Gerolamo Cardano creó la metoposcopia. Su gran interés por la astrología y el azar fue lo que le ayudó a idearla.
Cardano ya había tenido problemas por tratar estos temas. De hecho, ya había sido encarcelado por herejía. Aun así, sabiendo que no era sensato escribir sobre ello, si hizo mención a sus escritos sobre leer las líneas de la frente en su obra De Vita Propia.
¿Cómo leer las líneas de la frente usando la Metoposcopia?
En aquel tiempo los planetas de los que se tenían constancia eran: la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno. Lo que hacía Cardano era relacionar las líneas de la frente con dichos planetas, para hacer con ellas interpretaciones de forma similar al horóscopo.
Escritos sobre Metoposcopia
En 1658 en París fue publicado el libro Metoposcopia donde se recopilan los estudios de Cardano, ya fallecido años atrás. Esta obra escrita en latín fue traducida al francés ese mismo año.
Otras variantes para leer las líneas de la frente
Un rabino y cabalista del siglo XVI llamado Isaac Luria, puso en práctica una variante de este método. Luria aseguraba que se podían ver letras hebreas en la frente. Su técnica no servía para adivinar si no que «leía» estas letras para averiguar que le ocurría a la persona, cuestiones o problemas que le preocupaban para ayudarle a resolverlos.
También hubo negacionistas de este método
La metoposcopia también tuvo sus detractores. Uno de ellos fue el alquimista Giovanni Battista della Porta quién calificó a esta y a la quiromancia como «vanas, falsas y perniciosas. Escribió un libro que se publicó en 1627 dónde negaba que existiera relación alguna entre astros y las líneas del rostro o las manos.
Esta forma de adivinación se mantuvo en práctica hasta la mitad del siglo XVII en ámbitos médicos e intelectuales. Algo que choca bastante puesto que leer las líneas de la frente siempre estuvo ligada a la superstición.
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