Auspicio, augurio de tiempos remotos

Auspicio. Adivinación del futuro o la voluntad de los dioses mediante la observación de las aves.
Auspicio, un augurio ancestral.

Un auspicio es un augurio ya conocido desde el siglo XIV antes de Cristo. Los antiguos sacerdotes romanos predecían el fututo o la voluntad de los dioses mediante la contemplación del vuelo de las aves. De ahí su nombre que etimológicamente significa «Observación de las aves» , compuesto por avis (ave, en latín clásico) y spicio (ver observar).

Auspicio, orígenes

Se dice que el auspicio es un augurio ya muy familiar desde tiempos del rey de Alasiya, en Chipre. El cual en las cartas de Amarna (siglo XIV A.C) solicita que se le envíe un «adivino de águilas» desde Egipto. La primera práctica, nativa, de presagiar a través de los signos de las aves es familiar en la figura de Calcas (poderoso y célebre adivino de la mitología griega, que actuó como augur en la guerra de Troya).

Fue sobradamente reemplazado por la adivinación a través del reconocimiento del hígado del sacrificado (arúspices). Esta disciplina se llamaba aruspicina y consistía en obtener pronósticos del futuro analizando las vísceras de un animal sacrificado.

En la antigua Roma, los auspicios eran interpretados por un augur y eran considerados un signo de los dioses. El augur era el encargado de realizar una ceremonia («tomar los auspicios») y leía los patrones de las aves en el cielo. Los auspicios de los dioses podían ser favorables o desfavorables dependiendo del pájaro. En ocasiones, el augur podía ser sobornado por motivos políticos. A veces inventaban augurios desfavorables para atrasar ciertos actos, como las elecciones.

Se dice también que Rómulo y Remo recurrieron a los auspicios para fundar Roma. Cuando llegaron a Palatino, debatieron sobre dónde alzar la ciudad. Al final decidieron probar su capacidad como augures y respetar el deseo de los dioses. Ambos se sentaron en el suelo, a cierta distancia y comenzaron a observar el cielo. Remo vio seis buitres y Rómulo doce, según Plutarco.

¿Cuándo se recurría a los auspicios?

Se dice que en aquella época no se hacía nada importante sin un augurio. Por tanto, se servían de los auspicios para cualquier cosa relevante. Por ejemplo antes de realizar un construcción, para saber si se contaba con la aprobación de los dioses. Si el augurio era favorable se llevaba a cabo, si era desfavorable no se hacía.

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