Fisiognomía, lo que dice de ti tu rostro

¿Qué es la fisiognomía?

La fisiognómica o fisiognomía, palabra derivada del griego physis (naturaleza) y gnome (juzgar) también conocida como portación del rostro, es una pseudociencia basada en la idea de que se puede conocer el carácter, la personalidad e incluso adivinar el futuro de una persona estudiando su apariencia externa, especialmente su cara.

La fisiognomía es una pseudociencia basa en la idea de que se puede conocer el carácter, la personalidad e incluso el futuro de una persona mediante el estudio de su apariencia externa, especialmente su cara.
Fisiognomía

Otras variantes de esta pseudociencia

En caso de tratar de adivinar el futuro es mejor utilizar el término metoposcopia (arte de conocer el fututo de una persona estudiando las rayas de su frente). Existe una variante de la metoposcopia llamada metoscopia que trata de adivinar el carácter y el porvenir de la gente analizando las dimensiones y la ubicación de los lunares que tengan por el rostro y resto del cuerpo.

El término fisiognomía ha dado origen a otros

En español, el nombre de esta disciplina ha dado origen a la palara fisionomía o fisonomía que significa «aspecto particular del rostro de una persona». De forma más general «apariencia de las cosas. En geobotánica, el término fisiognomía es utilizado para referirse al aspecto visual que ofrece en conjunto una determinada formación vegetal; los términos equivalentes en otros idiomas aplican este mismo uso.

Distinguimos dos grados en los propósitos explicativos de la fisiognomía

  • Una fisiognomía cuyo augurio se pretende rotundo e incuestionable, en la que existe un 100% de correlación entre rasgos físicos (concretamente faciales) y rasgos del carácter. Esta idea ha sido rebatida.
  • Otra fisiognomía de correlación científica, que asegura que existe una correlación estadística entre rasgos físicos (en especial los del rostro) y rasgos del carácter, por las preferencias físicas de la persona provocadas por los pertinentes rasgos de carácter, de modo que la misma causa genética latente sería la responsable de tal relación. Este tipo de fisionomía se basa en el determinismo biológico del carácter. A pesar de que este tipo de fisiognomía ha sido frecuentemente contradicho, la idea ha reaparecido en variantes más actuales como la personología y la morfopsicología, sin fundamentación empírica.

Conocida desde tiempos remotos

La fisiognomía era conocida y usada en tiempos muy remotos.
La fisiognomía se usaba en tiempos remotos

Aristóteles ya hizo referencia a la posibilidad de dictaminar la naturaleza de una cosa por sus relaciones con su forma física (Primeros Analíticos, II, 70b). A él se le atribuye también un tratado titulado Physiognomicia, del cuál se cree proviene el nombre de la disciplina, que ya era conocida con toda seguridad en épocas anteriores. Al parecer los pitagóricos ya realizaron estudios enfocados en esta dirección.

Aristóteles defiende la posibilidad plantear una relación entre el carácter y la personalidad y los rasgos de la cara porque él pensaba que existe una interrelación entre cuerpo y alma. Esto no sólo en las personas, también en los animales.

Esta tesis fue apoyada en la antigüedad por autores como Cicerón, Sexto Empírico, Plinio, Fedón de Elis y Séneca. Más adelante los filósofos árabes Avicena y Averroes, respaldaron la fisiognomía en la Edad Media.

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