Hidromancia, adivinar el futuro con agua

¿Qué es la hidromancia?

Según la R.A.E. la hidromancia es la adivinación por medio de la observación del agua. Pero vamos a explicarlo un poco mejor.

De los muchos métodos existentes para adivinar el futuro, uno de los menos complicados y más antiguos es la hidromancia. Pese a todo esto no es muy conocida y muy pocos la dominan y practican.

Se puede decir, de forma muy simple, que es una manera de predecir el fututo por medio del agua. Esto incluye el color, flujo y reflujo, o las ondas que producen los cantos al ser lanzados al agua.

Hidromancia método antiguo para predecir el futuro a través del agua.
Hidromancia, predecir el fututo con agua.

Adivinar el futuro observando el agua, viene de tiempos remotos

Como ya hemos dicho este es un método realmente primitivo. De hecho, los primeros indicios de su uso datan del años 3.000 a.C. en Persia. El procedimiento consistía en echar unas gotas de aceite al agua. Supuestamente, el comportamiento de ambos, aceite y agua al juntarse revelaba lo que deparaba el futuro.

Más adelante en el año 750 a.C. aproximadamente se popularizó en occidente gracias al emperador Numa Pompilio. Dicho emperador la introdujo en el imperio romano, según se mencionó en Astrocentro. En aquel tiempo era una práctica muy frecuente entre los sabios, que la realizaban habitualmente. Hay quienes mantienen que el mismísimo Pitágoras creía en la hidromancia y la practicaba.

La hidromancia fue introducida en en el imperio romano por el emperador Numa Popilio.
Numa Pompilio introdujo la hidromancia en el imperio romano.

otras culturas también la profesaban. Como los galos que creían que en los lagos vivían los dioses y, por tanto, consideraban que el agua era una fuente divina. También los celtas, se sabe que en sus pueblos de Irlanda y Gran Bretaña las fuentes se utilizan para consultar el porvenir.

Se han descrito muchos métodos de hidromancia. Algunos monstruosos.

El jesuita Martín del Río (1551 – 1608) describe varios métodos de hidromancía.

  • Uno en el cual se necesita una cadena y un anillo que cuelgue de esta. Este anillo se sumerge en un recipiente que contenga agua y se agita. El presagio se hace en función de la cantidad de veces que el anillo golpea las paredes del recipiente.
  • Otro consiste en lanzar guijarros al agua (estancada). Se han de observar los círculos que dichos guijarros producen al golpear el agua.
  • El tercero depende de la agitación del agua. Era una práctica común entre los cristianos orientales bautizar cada año dicho elemento, a la vez que teniendo mucho cuidado para mostrar que el matrimonio de dux y del Adriático tenía un origen completamente distinto.
  • Había otro que tenía en cuenta los colores del agua y las figuras que surgen en ella. Por el cual Varrón afirmó que bastantes pronósticos se hicieron en relación con la guerra contra Mitrídates. Esta especialidad fue tan importante que se la llamó por un nombre diferente, lo que dio lugar a predicciones en fuentes.

Pausanias (siglo II) detalló una fuente cercana dedicada a Ino. Los fieles lanzaban panes en ella confiados en obtener un oráculo de la diosa. Si los panes que se hundían en el agua eran aceptados era señal de buena suerte. Pero si, por el contrario, eran lavados sobre la fuente era presagio de malos augurios.

Una horrible costumbre de las remostas tribus germánicas era lanzar bebés recién nacidos al Rin. Creían que si el niño se ahogaba era ilegítimo en cambio si nadaba era legítimo. Esta práctica podría ser la precursora de la tradición del siglo XVII de «sumergir brujas». Y ambas, quizá, estén relacionadas con el derecho anglosajón de la prueba del agua.

  • En un quinto método se pronunciaban palabras misteriosas en un vaso de agua. Había que observar su espontánea ebullición para hacer las interpretaciones que ayudaban a predecir o a resolver la consulta.
  • Hay otro método (Modus Fessanus) que consistía en echar una gota de aceite en un vaso de agua. Así conseguían crear un espejo a través del cual aseguraban poder ver cosas invisibles al ojo humano. De esta forma recibían las respuestas del consultante.
El Modus Fessanus consistía en poner una gota de aceite en un vaso de agua.
Modus Fessanus
  • El séptimo método de hidromancia lo menciona Clemente de Alejandría, quien aseguraba que las mujeres alemanas observaban los remolinos y las corrientes de los ríos para hacer pronósticos. Este mismo hecho lo cita exactamente igual Juan Luis Vives en su comentario sobre San Agustín.

Una de las siete «artes prohibidas»

Fue clasificada como arte prohibida junto a la geomancia, la aeromancia, la nigromancia, la quiromancia, la piromancia y la escapulomancia en la magia renacentista.

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