Las Furias: Diosas de la Venganza en la Mitología
Las Furias, también conocidas como Erinias y a veces como Euménides, son deidades de la mitología griega que encarnaban la venganza y el castigo divino. Eran tres hermanas llamadas Alecto, Megera y Tisífone. A su vez, las Erinias se conocían en conjunto con el nombre Dirae.
Estas diosas perseguían a aquellos que cometían crímenes graves, especialmente contra la familia y la blasfemia. Dichas fechorías eran las que más provocaban su ira y les costaban más caro a quienes las cometían. Los mortales sentían auténtico terror hacia ellas, pues sus maldiciones podían ser realmente crueles, como enfermedades o locura.
Identidad y Origen de las Erinias
En la mitología griega, el mito de las Erinias comienza con un evento violento y traumático: la castración de Urano por su hijo Cronos. Urano, quien personificaba el cielo estrellado, fue atacado por Cronos como parte de una rebelión, cortándole los genitales. De su sangre vertida en la tierra (Gaia) nacieron las Erinias, también conocidas como las Furias.
Así que, básicamente, las Erinias fueron fruto de un acto de violencia en la familia. De manera que se convirtieron en diosas que castigaban a los que cometían crímenes horribles, especialmente en el ámbito familiar. Por ejemplo, asesinar a un pariente o ser un blasfemo que desobedece las leyes divinas.
Las Furias eran Implacables aplicando Justicia Divina
Las tres furias eran implacables y no perdonaban a quiénes fueran culpables de actos atroces, sin importar las motivaciones que hubieran podido tener. Un ejemplo famoso es su intervención en el caso de Orestes.
Orestes no se Libró de la Furia de las Euménides
Cuenta la mitología que Clitemnestra (madre de Orestes) había matado a Agamenón (padre de Orestes) con la ayuda de su amante, Egisto. Este acto de traición y asesinato motivó a Orestes a buscar venganza. Al parecer, el dios Apolo le ordenó que acabara con la vida de su madre para impartir justicia. Así, con ayuda de su hermana Electra, llevó a cabo el matricidio con la intención de restaurar el honor de su padre.
Aunque Orestes tenía una razón para cometer el crimen, las Erinias no tomaron en cuenta las circunstancias y lo persiguieron sin descanso provocándole una locura intensa y un tormento perpetuo. Pese a que intentó refugiarse en el templo del dios Apolo en Delfos, ni siquiera allí pudo escapar de la furia de las Erinias.
Esta historia ilustra como las Euménides actuaban como guardianas de la justicia divina, castigando a los culpables de crímenes que escapaban a las leyes humanas.
Representaciones Culturales de Las Tres Furias
En el arte y la literatura, las Furias se han representado de diversas maneras a lo largo de los siglos.
- Antigüedad Clásica
- Literatura: Las Erinias aparecen prominente en la tragedia griega, como en la «Orestíada» de Esquilo, donde persiguen a Orestes por el asesinato de su madre Clitemnestra.
- Arte: En el arte clásico, las Euménides son representadas como figuras aladas con serpientes en sus cabellos y llevando antorchas o látigos, símbolos de su función vengadora.
- Edad Media y Renacimiento
- Arte Románico: En la iconografía románica, las Furias se representan en esculturas y relieves, a menudo con un aspecto monstruoso, enfatizando su naturaleza terrorífica y su papel como castigadoras divinas.
- Renacimiento: Pintores como Tiziano retrataron a las Euménides en obras encargadas por mecenas poderosos, como Carlos V, destacando su aspecto horrífico y su función como ejecutoras del destino.
- Barroco
- En la pintura barroca, las Erinias fueron representadas en escenas de drama extremo y tormento, reflejando la fascinación por el castigo divino y la justicia inexorable. Estas obras solían incluir elementos dramáticos y oscuros, subrayando la naturaleza implacable de estas deidades.
- Edad Moderna
- Literatura y teatro: La figura de las Furias sigue presente en obras modernas que exploran temas de culpa, justicia y venganza. Su representación ha evolucionado, pero continúa reflejando su esencia como agentes de castigo moral y divino.
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