Árbol de Casandra: Amor Y Misterio en una Misma Historia
La leyenda del árbol de Casandra cuenta la historia de amor de una joven adolescente llamada así, e Iván, un chico de su misma edad.
Este imponente ejemplar de más de 400 años se encuentra en el entorno de los límites municipales de Mogán y Tejeda en la zona de la Presa de las Niñas. Aunque los lugareños más mayores lo conocen como «el pino bonito«, para muchos es «el pino de Casandra».
Son muy variadas las versiones del relato, así que nos vamos a centrar en explicar las dos más extendidas.
Casandra Pactó con Diablo para Vengarse de su Padre
Según se dice, Casandra e Iván, de unos 15 años, estaban muy enamorados y solían tener encuentros furtivos bajo este árbol. Eran unos tiempos complicados, dónde algo así no era bien visto, pues se tomaba como una deshonra, sobre todo en las chicas. Por tanto, el padre de la joven ofuscado y avergonzado por las habladurías de la gente, le exigió acabar con la relación y dejar de verse con Iván.
Cómo era de esperar, cegada por el amor y la rebeldía propia de la adolescencia, no hizo ni caso a la prohibición. Lógicamente, al final el padre se enteró de que se seguían viendo a escondidas, lo que le provocó tal ira que terminó asesinando al chico.
Devastada y llena de cólera y rencor hacia su padre, Casandra necesitaba vengarse de él y lo que se le ocurrió fue pactar con el mismísimo Diablo. No se sabe como, las intenciones de la chica se descubrieron y ¿Qué pasó? Pues lo propio de aquella época, se la acusó de ser una bruja.
La adolescente fue apresada, atada al pino que hoy se conoce como «el árbol maldito de Casandra». A partir de ese momento comenzó la leyenda.
Se dice que desde ese día se escuchan los gritos desgarradores, al parecer, de la chica muriendo calcinada. También hay quienes aseguran que se oyen cadenas arrastrándose y que es el alma en pena de Casandra que aún sigue deambulando por el lugar donde la asesinaron cruelmente.
Del mismo modo, otros manifiestan haber visto tallado en el árbol maldito de Casandra un corazón que contiene los nombre de Iván y Casandra, pero que misteriosamente aparece y desaparece.
Esta es la primera leyenda, vamos a contar ahora la segunda.
El Propio Iván Quemó a Casandra Atada al Árbol
La otra versión de la leyenda del pino de Casandra cuenta que la joven llegó a dar a luz a dos niños mellizos. Pero que poco después del parto, ella empezó a tener muchos miedos e inseguridades y a obsesionarse con que Iván pudiera abandonarla cuando perdiera su atractivo y juventud.
Tal era la desesperación de Casandra, que llegó a invocar al Diablo con el fin de ofrecerle un pacto a cambio de la belleza eterna. Lucifer aceptó el trato, aunque, para ello, debía hacer algo monstruoso, sacrificar a sus propios hijos. Pese a la barbaridad de lo que se la estaba pidiendo, ella accedió a cometer tal atrocidad con tal de no perder a Iván.
Así que una noche la joven salió de casa con los niños en brazos camino al árbol dónde tantas veces se había citado con su amado. Cuando fue media noche, Casandra sacó un puñal y con una sangre fría aterradora lo levantó para cumplir la orden de Satanás. Sin embargo, Iván apareció en ese momento que, horrorizado ante lo que estaba viendo, se abalanzó sobre ella para impedirlo.
Con sus hijos ya a salvo, el joven presa de la cólera, golpeó y ató a Casandra al pino mientras se escuchaban las risas del Demonio y el llanto de los bebés. Sin pensárselo dos veces, Iván la quemó viva allí mismo.
Al igual que en la anterior versión, parece que el alma de Casandra sigue en el lugar. Algunos aseguran que se escuchan sus gritos de dolor, no solo físicos, también por el sentimiento de culpa.
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